viernes, 23 de enero de 2009

Causas de la guerra

Causas económicas


Entre 1820 y 1916 se desarrolló la Segunda Revolución Industrial, en la que se produjeron una serie de cambios: nuevas fuentes de energía, como petróleo y electricidad, innovaciones en los sectores industriales, como la siderurgia y también en las formas de organización del trabajo, taylorismo y fordismo, la concentración empresarial (cartel, trust) y un aumento de la economía mundial.
También surgieron nuevas potencias industriales (USA y Japón). Alemania ganó terreno económico a Gran Bretaña y se convirtió en la principal potencia de sectores como el siderúrgico y el químico. Además intentó por todos los medio arrebatarle a Inglaterra sus mercados europeos (Bélgica, Holanda, Rusia) y coloniales. Sin embargo Londres y París mantuvieron su hegemonía en la exportación de capitales.


Las disputas imperialistas

Durante el siglo XIX Gran Bretaña y Francia se habían repartido gran parte del mundo. A pesar de que Alemania tenia mas peso económico que las dos juntas tenia un menor numero de colonias. De modo que Alemania demandaba un nuevo replanteo colonial algo que trataban de impedir Gran Bretaña y Francia.Hubo además dos episodios que potenciaron la I G. Mundial que fue el aprovechamiento por parte de Alemania de Marruecos que en ese periodo de tiempo pertenecía a Francia.


El nacionalismo radical

El nacionalismo atribuye entidad y singularidad propias a un territorio y a sus ciudadanos. En ese proceso nacieron en el siglo XIX dos estados que jugarían un papel fundamental en la historia de Europa: Alemania e Italia. Al tiempo que esto acontecía, tenían lugar procesos de signo inverso. También se creo un escenario de fricción nacionalista lo formaron los imperios coloniales, cuyas disensiones alentaron fuertes tensiones internacionales que propiciaron la formación de alianzas militares y la carrera de armamentos.


La carrera de armamentos

Las tensiones internacionales derivadas de las rivalidades económicas y coloniales potenciaron una producción rápida de armamento. Los estados incrementaron sus gastos militares e incorporaron a sus ingenios las novedades tecnológicas de la épocaEste período de tensiones internacionales ha recibido el nombre de "Paz Armada": "paz", porque todavía no ha estallado el conflicto, "armada" porque se prepara para él.

Los gobiernos consideraban que la guerra era inevitable y trataron de protegerse mediante alianzas, causando de esa forma los recelos y el reforzamiento militar de sus oponentes.

Alemania, deseosa de construir una potente flota que pudiese competir con la británica, se gastó 90 millones anuales de marcos en 1899 a 400 millones entre 1910 y 1914. Francia y las restantes potencias incrementaron igualmente el potencial.

Los gobiernos, valiéndose del uso de la propaganda, alentaron el nacionalismo y el miedo.

Poco pudieron hacer las fuerzas partidarias de la paz llamando a la sensatez y reclamando un sistema de arbitraje internacional.

Se creo un Tribunal Internacional de Arbitraje de la Haya y algunos acuerdos concretos sobre el trato a los prisioneros de guerra.

La izquierda europea en general se hicieron notar por su oposición a la política belicista. Jean Jaurés elaboro un manifiesto como el de Zimmerwald (1915) invocando contra la guerra y abogando por el entendimiento. No obstante, hubo sectores que antepusieron su sentimiento nacionalista a las invocaciones a la paz mundial.

Incluso, en seno del socialismo más radical, hubo quienes vieron en la guerra un mal útil, para luchar contra el capitalismo y acelerar la revolución.


Las alianzas militares

Entre 1872 y 1890 las relaciones internacionales europeas estuvieron marcadas por la preponderancia de Alemania. Su canciller, Bismarck, intentó mantener no obstante una política de equilibrio entre las potencias, que incluía el aislamiento de Francia.

El país galo era percibido por las potencias más conservadoras como el inspirador de las ideas revolucionarias que atentaban contra el principio de autoridad monárquica y el orden tradicional.
La política bismarckiana recibió el nombre de “Realpolitik” (“Política pragmática”) y se llevó a la práctica mediante un complicado entramado de alianzas que es conocido como "Sistemas bismarckianos".

A partir de 1890, tras el retiro de Bismarck, el kaiser (emperador) Guillermo II tomó el puesto.

Ya no se trató solamente de aislar a Francia, también se pretendió rivalizar con el Imperio Británico.

Las relaciones entre las potencias se fueron haciendo cada vez más rígidas y surgieron tensiones que se acrecentaron con los problemas coloniales.

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